África también existe
¡Celebramos 40 años!
Me gusta el número 40. Cuando lo asocio a los años pasados, casi sin pensarlo, me vienen a la mente palabras como experiencia, madurez, toma de conciencia, coherencia o reflexión. Pero cuando los asocio al presente y al futuro, las palabras que me vienen a la mente son las de injusticia, desigualdad, urgencia y denuncia.
Son muchas y preciosas las experiencias vividas y compartidas en 40 años, pero también muchos los años en los que hemos querido tender puentes…y algunos parecen seguir en construcción. Esto debería darnos qué pensar, y mucho. Hemos de ser conscientes de que no es solo que siga habiendo desigualdad entre nuestras comunidades, es que una minoría seguimos teniendo un sinfín de privilegios que no están al alcance de todas las personas, a pesar de los muchos esfuerzos que se hacen. Deberíamos poner remedio a esta realidad y exigir que todas las personas contemos con lo básico, lo mínimo necesario para vivir dignamente. Y por eso es urgente que reaccionemos, que asumamos que nos queda aún un largo camino que recorrer.
Por coherencia, tenemos que seguir denunciando las injusticias que gran parte de la humanidad sigue sufriendo, en nuestras propias comunidades, en las más cercanas, pero también en las que no sentimos como tan cercanas, aunque lo son.
Recuerdo que la última vez que estuve en España, este mismo año, los titulares de un programa televisivo anunciaban: “Situación actual del coronavirus en el mundo”. Y resultó que hablaron de Europa, América y Asia. ¡Qué gran decepción la mía! En ese mundo no estaba África. Australia tampoco, pero salió un poco más tarde al hablar de los torneos de tenis. Por desgracia, ni África, ni cualquiera de los 54 países del continente africano y sus más de 1.300 millones de habitantes, eran noticia.
Y no será porque no sucedan diariamente miles de acontecimientos que afectan a millones de personas. Pero, como ya sabemos, lo que no se menciona, ni aparece, acaba haciéndose invisible y olvidándose. ¡Y no! Desde la Asociación Nuevos Caminos, ahora Sendera, llevamos 40 años apoyando proyectos en África y queremos que sean muchos más. Porque África y sus 54 países sí forman parte de nuestro mundo, sea donde sea que nos encontremos. Hay que darles visibilidad, y por eso el título de este artículo: África también existe.
Y como a mí me emociona y me apasiona todo lo que tiene que ver con África, y más aun con Etiopía, me gustaría que también vosotros os emocionarais y apasionarais conmigo haciendo vuestro el pequeño rincón de África en el que vivimos: la ciudad de Meki, en Etiopía.
Llegamos a Meki hace 9 años. Los inicios nunca son fáciles: conocer la comunidad, que te conozcan y confíen en ti toma su tiempo. Fuimos aprendiendo de los proyectos que otras organizaciones y congregaciones ya tenían en la zona, y a partir de ahí empezamos a soñar en lo que nosotras podríamos aportar. Lo primero fue conformar un buen equipo de personas con las que trabajar. Primero tres, y a partir de ahí todo fue fluyendo. Nos centramos en trabajar con y para las mujeres. Con ellas empezamos dos grupos de ahorro comunitarios y luego creamos el centro “Kidist Mariam” con cursos de capacitación laboral.
Tenemos ya 65 grupos de ahorro y 440 estudiantes profesionales cada año. Con el tiempo y con las estudiantes graduadas, creamos una cooperativa de costura que no ha parado de hacer uniformes escolares y, ahora, mascarillas sanitarias. Con las estudiantes de cocina abrimos un restaurante y con las de peluquería un salón de belleza para generar ingresos con los que mantener los proyectos. En las zonas rurales empezamos también proyectos de cría de cabras lecheras, huertas comunitarias y distribución de carros y burras para que las mujeres pudieran generar ingresos. Los quesos de cabra que hacemos ya forman parte del menú de nuestro restaurante. En las escuelas rurales organizamos clases sobre salud e igualdad, construimos nuevas aulas e instalamos agua potable.
Y con todos estos proyectos en marcha, cuando todo parecía funcionar tan bien, llegó la pandemia, los conflictos y la inestabilidad en Etiopía, dejando a familias enteras en situación aún más precaria de la que ya tenían.
Los proyectos se adaptaron a las nuevas circunstancias, pero vimos también la urgencia de poner en marcha un nuevo proyecto con 600 mujeres de la zona urbana de Meki a las que la pandemia y la pérdida de trabajo han afectado muy directamente. Ellas fueron las protagonistas de la campaña “Mujeres emprendedoras por el futuro de Meki”, sobre la que os hablamos hace unos meses. Ahora están empezando a capacitarse y dentro de poco podrán crear sus propios negocios.
Cada proyecto está integrado por muchas mujeres, cada una de ellas es distinta, única. Cada proyecto es también un mundo, nuestro mundo. Me sigue emocionando ver su entusiasmo y dedicación. Dan propuestas y soluciones. Su trabajo es incansable. Somos conscientes de que todas estas mujeres están abriendo caminos por los que mañana otras transitarán. Todo comenzó hace unos años con ellas, por ellas, y aunque debemos seguir triplicando esfuerzos, y ser constantes en el trabajo, sabemos también que ellas conseguirán poco a poco que sus comunidades, su país y su continente sean visibles. Y sólo con ellas podremos entender y ser conscientes de que África también existe.