Muchos de los jóvenes y niños se sienten orgullosos de su ganado y cuentan a los pobladores vecinos que sus llamas y ovejas son el resultado de mucho trabajo y sacrificio. La experiencia ha sido muy positiva, lo mejor que les ha pasado.
A través de estas historias comunicamos, con mucha esperanza, lo que hemos logrado, las vidas que han cambiado y que ahora tienen o vislumbran un futuro mejor.