Aprender a cuestionar
– Good morning!
– Good morning teacher!
– How are you?
– Fine thank you!
– Please, sit down!
Estamos en la escuela de Meja Lalu, en Etiopía, en una de las cuatro aulas de 2º de primaria. Tenemos en la clase 100 niñas y niños aproximadamente. Después de este enérgico y vital saludo inicial, les explicamos el tema sobre el que vamos a aprender hoy: “Igualdad de género”. Para hacerlo, Bekele, la trabajadora social que colabora en el programa social que llevamos a cabo en las escuelas, saca una historia en lengua oromo, y lee, despacio, para que todos lo entiendan.
Cuando acaba el cuento el aula se queda en silencio y la expectación se puede palpar en el aire.
Al cabo de unos segundos empieza el debate y les planteamos las siguientes preguntas:
1. ¿Qué pensáis sobre este cuento?
2. ¿Por qué no le preguntan a Sarah cuál es su opinión? ¿Qué creéis que piensa Sarah?
3. ¿Es bueno para Sarah ir a la escuela? ¿Por qué?
4. ¿Por qué Sarah tiene que ser la esposa de su tío?
5. ¿Qué pasa con los sueños de Sarah? ¿Cuáles son vuestros sueños?
6. ¿Conocéis a alguien que le haya pasado algo similar?
7. ¿Qué podemos hacer para cambiar esta situación?
En los talleres del proyecto Aulas por la Igualdad pretendemos que las niñas y los niños se cuestionen el “porqué” de determinadas costumbres, que se planteen sus sueños y su futuro
Desde nuestra perspectiva occidental las respuestas son obvias y para muchos escolares de Etiopía también, pero este cuento les hace reflexionar, ya que lo obvio de las respuestas no coincide con la realidad que les rodea. En la clase se genera mucho debate: “¿Es importante lo que pensamos? ¿Podemos no estar de acuerdo con lo que nos dicen los mayores? Nos gusta soñar, pero ¿se pueden cumplir los sueños?”. Las niñas están muy atentas y participativas, esta historia les toca directamente.
Se dan cuenta de que nadie les pregunta lo que piensan, lo que quieren, mucho menos cómo se sienten, ¿acaso le importa a alguien?
En estos pueblecitos rurales muchas veces la vida simplemente fluye, sin que nadie se pare a pensar por qué suceden las cosas, pareciera que todo está determinado en el momento en el que naces. Los niños ya saben “a qué han venido” a este mundo y las niñas también. Las funciones de cada cual están muy claras y son incuestionables. En los talleres de igualdad de género pretendemos que las niñas y los niños se cuestionen el “porqué” de determinadas costumbres, animándoles a aprender; hacer que se planteen sus sueños y su futuro, que crezca en su interior el sentido de la justicia y que desarrollen juntos el deseo de un futuro con igualdad de oportunidades para todas y todos.
Probablemente algunas niñas de esta aula de 2º de primaria serán víctimas de estas injusticias. Y con ellas serán victimas también los niños, y también sus familias, porque una niña que no va a la escuela, una mujer sin estudios, es una pérdida para toda la comunidad.
Queremos que desde pequeños vayan creando el saludable hábito de cuestionarse las cosas, situaciones, o tradiciones.
Nunca es demasiado pronto para eso. Y ojalá cuando crezcan se sigan preguntando el porqué de aquello que les rodea, sin miedo a los interrogantes, y que sigan siempre reflexionando con un espíritu crítico. Esta actitud, sin duda, les permitirá abrir otras puertas para su futuro y el de sus hijas e hijos. Y quizá éstos podrán disfrutar de un mundo en el que se respetan los derechos y la dignidad de todos los seres humanos.
*Este artículo fue publicado, originalmente, en la Revista 38/2018 de Nuevos Caminos.
En 2019, este proyecto se ha desarrollado gracias al compromiso de las profesionales que coordinan e imparten las Aulas por la Igualdad; y al apoyo de personas y entidades colaboradoras como el Ayuntamiento de Tudela, la Diputación de Castellón y el Ayuntamiento de Aspe. ¡Gracias a todos ellos!