Muchos de los jóvenes, niñas y niños se sienten orgullosos de sus llamas y cuentan a los pobladores vecinos que sus llamas son el resultado de mucho trabajo y sacrificio. La experiencia ha sido muy positiva.

Casa San José reabre sus puertas

Bolivia

May 16, 2023

Este artículo fue publicado en diciembre de 2022, en la Revista 2022 de Sendera. Se publica ahora en este blog para conmemorar que el 1 de junio, de hace un año. Casa San José reabrió sus puertas en una nueva ubicación.

Todos los niños tienen derecho a vivir en un ambiente familiar seguro, solidario, protegido y respetuoso. No queremos que los niños se las arreglen solos en la calle para sobrevivir. Queremos que todos los niños sonrían, jueguen, tengan esperanza y sueños.

Así nació Casa San José en el año 2004, como un hogar de acogida temporal para niños y adolescentes en situación de calle y en riesgo de calle.  Con el propósito último de que los niños de la calle vuelvan a vivir en familia, buscamos reunirlos con sus padres o bien con algún otro familiar (hermanos mayores, tíos, abuelos…), que esté dispuesto a cuidar del niño y a educarlo como a un hijo más.

Os podéis imaginar que el proceso de llegar a los niños en las calles y encontrar la forma de asistirlos, alimentarlos, educarlos y reintegrarlos en sus familias no es una tarea fácil. Pero tenemos la suerte y la satisfacción de haber alcanzado una tasa de éxito de más del 70%, ayudándolos a regresar a sus hogares más fuertes y seguros, una labor que llevamos realizando desde hace más de 18 años.

Este trabajo, que realizamos en la ciudad de Cochabamba, Bolivia, siempre ha sido un reto. Mucho de vosotros lo sabéis muy bien porque nos seguís acompañando año tras año en nuestras andanzas. Pero este año 2022 el desafío ha sido aún mayor. Después de casi dos décadas trabajando con, y para, el gobierno de Cochabamba (Bolivia), recibiendo niños de Servicios Sociales, la administración local decidió que necesitaba el terreno y el edificio en el que se ubicaba Casa San José. El gobierno de Bolivia permite tales cosas.

Esto sucedió tras largas conversaciones entre la Comunidad de San Pablo (contraparte local de Sendera), la arquidiócesis de Cochabamba y el gobierno de la ciudad, en las que intentamos revertir esta situación, pero la decisión final fue que Casa San José debía mudarse a otro lugar.

Después de mucho buscar y dar voces entre organismos sociales, encontramos una propiedad, de una congregación religiosa, que nos permitiría continuar con este programa para los menores más vulnerables y en riesgo, aunque en una nueva ubicación.

Antes de que Casa San José reabriera sus puertas en el nuevo domicilio, tuvimos que hacer algunas remodelaciones y mejoras para que fuera un lugar seguro y adecuado para recibir a los niños.

Desde este centro tratamos de brindarles un hogar mientras se les proporciona servicios de apoyo y prevención a las familias para poder reunificarlas cuando el conflicto existente ha desaparecido o mejorado.

Finalmente, el 1 de junio del presente año, ¡abrimos de nuevo las puertas de Casa San José! ¡Y en menos de una semana ya estaba el hogar lleno de niños!

Primero, dos hermanos de 4 y 6 años (D. y M.), después llegó un pequeñajo de apenas 3 años (M.) que solo hablaba quechua (lengua indígena local) y no tardaron en aparecer los hermanos Z. de 6, 10 y 12 años. Tampoco podía faltar P., de 13 años, maquinando todo el día la manera de saltar el muro y escaparse.

Así se ha ido llenando el centro día tras día, mientras las educadoras, la psicóloga y la trabajadora social van “deshilando las madejas” de cada niño para ir reconstruyendo su historia y conociendo el entramado de cada una. Poco a poco, intentamos llegar hasta sus familiares, entender la problemática y experiencias que han vivido, buscar una solución e intentar repararlos daños que se han producido.

Por lo general, los menores con los que tratamos en Casa San José son niños que apenas llevan unos días viviendo en la calle y que aún no han tenido tiempo de “malearse”. Por eso es fundamental actuar antes de que estos niños se acostumbren a hacer de la calle su sustento o caigan en manos de las bandas o mafias que existen, y así evitar su iniciación en el consumo de drogas, la violencia, el robo, etc.

Nuestro deseo para todos estos niños de la calle es que tengan la oportunidad de cambiar su historia y que puedan cumplir sus sueños e ilusiones. A pesar de las dificultades que hemos tenido este año por el cierre de Casa San José, estamos contentas y emocionadas por la nueva reapertura del hogar, así como esperanzadas por un futuro prometedor, sustentado por los muchos logros conseguidos en la trayectoria del proyecto. Y, lo más importante, agradecidas por contar siempre con vosotros y vosotras, colaboradores de Sendera, para poder hacerlo posible, y hacerlo juntos.