Día Mundial del Ahorro: así funciona un grupo de ahorro
Desde hace años, muchos de los proyectos de Sendera en Meki, Etiopía, empiezan siempre a partir de la formación de un grupo de ahorro. A día de hoy, tenemos la alegría de haber visto nacer 45 grupos de ahorro en las zonas rurales y 20 en la zona urbana. Entre todos, reúnen a unas 1.950 mujeres.
Los grupos de ahorro son una herramienta de gran utilidad con la que las mujeres pueden aumentar sus ingresos y acceder a pequeños créditos, además de crear nuevas amistades y relaciones con otras mujeres de su entorno.
En el blog de hoy, os contamos cómo es un día de reunión de uno de los grupos de ahorro, gracias a la visita de nuestra compañera Laura a Etiopía, el pasado verano.
Era un 26 de agosto, un día probablemente caluroso y seco en la península, pero en Meki llovía con fuerza. El verano es la época de lluvias en esta zona de Etiopía, donde cada gota es una bendición para su gente, que reza para que los cultivos sean prósperos antes de que vuelva el calor y la sequía.
Lo habituales que los grupos de ahorro se reúnan en el patio de casa de alguna de sus integrantes, pero ese día tocaba buscar una alternativa por la lluvia. Esta fue una pequeña habitación cubierta donde las mujeres colocaron enseguida algunos taburetes y troncos de madera para sentarse.
Empieza la reunión
Lo primero que se hace siempre en cada grupo de ahorro, además de saludarse efusivamente, es pasar lista. A la reunión acudieron 17 de las 27 integrantes del grupo. Cuando alguna mujer no puede acudir, por las razones que sea, dejan el dinero a aportar a alguna conocida y asumen una pequeña multa, que entregarán en la siguiente reunión.
Los grupos de ahorro se reúnen una vez cada 15 días, con el objetivo principal de aportar una cantidad de dinero acordada en el momento de la formación del grupo. De coordinar esta recogida se encarga el Comité del grupo de ahorro, formado por 8 mujeres, todas con un papel y responsabilidad. La secretaria es la encargada de recoger el dinero y registrar las cantidades. Cada grupo de ahorro cuenta con una caja de caudales, donde se deposita el dinero acumulado y un cuaderno, donde se pasa lista y se hacen todas las anotaciones pertinentes.
Además, reciben apoyo de las “experts” y “field agents” del proyecto, que acompañan alas mujeres en estas reuniones para aconsejarlas, por si surge alguna duda sobre el funcionamiento del grupo. También se aprovechan estas reuniones para realizar pequeñas charlas sobre salud y emprendimiento.
Aportaciones
Este grupo de ahorro decidió en junio, cuando inició su segundo año de funcionamiento, hacer dos aportaciones: una de 50 birr para el fondo de ahorro y 5 birr más para su fondo social. 50 birr equivalen, aproximadamente, a 1 euro, y 5 birr a 10 céntimos.
Puede parecer poco, pero no lo es para estas mujeres que, en un día de trabajo habitual, vendiendo frutas o verduras en el mercado, no ganan mucho más de 120 birr. En su primer año, el grupo decidió aportar 25 birr, pero como funcionó muy bien, este año han decido aumentar la cantidad hasta los 50 birr.
Fondo social
En cuanto al fondo social, es una pequeña hucha común que las mujeres utilizan, por ejemplo, para atender asuntos personales y urgentes, como cuando una de ellas tiene un hijo o ha fallecido un familiar. Los préstamos que se piden a este fondo se devuelven sin ningún tipo de interés, entendiendo que son para situaciones de necesidad, que deben estar muy bien justificadas. Suelen ser préstamos pequeños, de unos 200 birr, y solo conceden uno al mes.
Este pequeño fondo sirve también para que las mujeres puedan celebrar, una vez al mes, una pequeña ceremonia del café, en el que preparan café de la forma tradicional –tostando y moliendo el café en el momento-, que acompañan con pan y palomitas. Lo habitual es servir varias rondas de café y, si la economía del grupo lo permite, añadir un poquito de azúcar, un tesoro cada vez más caro y difícil de conseguir en el mercado local.
En estas ceremonias del café las mujeres se toman todo el tiempo necesario para prepararla ocasión. Son un momento para comentar sus problemas, abrirse a sus compañeras y también para reír e incluso bailar al ritmo de las palmas.
En el grupo que visitamos el 26 de agosto tenían ahorrados 350 birr desde el mes de junio en el que se renovó el grupo. El año anterior lograron reunir 1.750 birr y este año esperan que sea mucho más.
Préstamos y multas
Una de las funciones más importantes de los grupos de ahorro es la de facilitar el acceso a pequeños créditos para las mujeres, que de esta forma pueden poner en marcha pequeños emprendimientos. Pueden pedir, por ejemplo 1.000 o 2.000 birr, y al cabo de los 3 meses empiezan a devolverlo con un interés del 30%.
Este interés, que a priori podría parecer desmesurado, es lo que hace que los fondos del grupo puedan aumentar mes a mes. Las mujeres lo pagan con gusto porque saben que, al final del año, todos estos intereses generados por el grupo se repartirán entre todas.
Otra forma de aumentar los fondos del grupo es asignar pequeñas sanciones para situaciones como las faltas a las reuniones trimestrales, los retrasos y, durante la pandemia, no llevar mascarilla. Estas pequeñas multas, que pueden ser de 10 o15 birr no se perdonan, pero se pagan también sin dudas y hasta entre risas.
Al final del año, entre todas las integrantes se reparten el dinero que han ido poniendo mesa mes, más las multas y los intereses que han generado los préstamos. El fondo social permanece para el año siguiente.
Compartir la experiencia
Una vez se ha recogido el dinero de la aportación de cada una de las mujeres, llega el momento de los préstamos y, lo que es más importante, de que cada mujer que ha recibido uno de estos préstamos cuente su experiencia.
En el día que vivimos con ellas, se presentó Gitu, que había recibido 2.000 birr a través de dos préstamos de 1.000 birr. Para solicitarlos contó con los abales de dos de sus compañeras de grupo. Con el primero, compró gallinas y las vendió y, con el segundo, montó una pequeña tienda en el mercado. Gitu aprovecha la ocasión para preguntar a Konjo, la experta en salud: uno de sus hijos está enfermo y está teniendo dificultades para encontrar los medicamentos que necesita.
A continuación, llega el turno de las mujeres que quieren pedir algún préstamo. En esta ocasión son tres. La primera de ellas cuenta que ha fallecido recientemente un familiar y necesita una pequeña ayuda para el entierro. El grupo de ahorro se lo concede del fondo social.
Después cuentan sus proyectos dos mujeres que desean recibir préstamos del fondo general: una de ellas para vender shiro y berbere en el mercado, especias y salsas tradicionales, para lo que necesita 1.000 birr; y otra para vender njera, el pan base de la cocina etíope. Ambas deben presentar sus abales, que no pueden ser mujeres de su misma familia. Los nombres se apuntan religiosamente, así como todo el resto de información, en el cuaderno del grupo. Las dos reciben su préstamo.
Con esto concluye la reunión. Las mujeres se despiden, hasta dentro de 15 días, y vuelven a sus quehaceres habituales, con el mismo paso tranquilo que cuando entraron y que da el saber que no están solas, que cuentan con apoyo y un plan para salir adelante, a pesar de las dificultades.
Sendera ha contado con el apoyo de Fundación “la Caixa” para el desarrollo del proyecto “Empoderamiento de las mujeres vulnerables de la zona de Meki, Etiopía: mejora de ingresos y condiciones de salud en respuesta al COVID-19”.