Etiopía a vista de pájaro
Te presentamos la infografía que publicamos en la Revista 2022 en la que centramos la mirada en este bello país ubicado en el cuerno de África.
Etiopía ha vivido en los últimos años una guerra que ha provocado una grave crisis humanitaria y un aumento de los precios inasumible por la población empobrecida de antemano ante la mirada indiferente de la comunidad internacional y los medios de comunicación. Este post “Etiopía a vista de pájaro” quiere daros algunos datos para contextualizar la situación actual del antiguo imperio de Abisinia.
Etiopía es un atractivo país, ubicado en el cuerno de África, con paisajes atractivos, una rica gastronomía, gentes acogedoras y una historia apasionante. Entre otras muchas cosas, es conocido por ser el único país africano que nunca fue colonizado, solo invadido durante un tiempo por Italia.
Su nombre oficial es República Democrática Federal de Etiopía tiene fronteras con Eritrea, Yibuti, Somalia, Kenia, Sudán del Sur y Sudán. Con sus 1.112.000 km2 tiene el doble de extensión que España y carece de salida al mar, tras la independencia de su territorio más septentrional (Eritrea) en 1991.
El estado etíope está conformado por 10 estados regionales con altos niveles de autonomía. Su lengua oficial es el amárico, pero se hablan más de 80 idiomas que reflejan la pluralidad y diversidad cultural del país. Cada estado regional y etnia tiene su propio idioma, siendo el oromo el más hablado.
Sus habitantes
Etiopía está habitada por 117.876.226 personas y su tasa anual de crecimiento de la población del 2,5% (según los datos del Banco Mundial consultados en octubre de 2022). Con una población eminentemente joven la esperanza de vida al nacer es de 67 años.
El país es una amalgama de nacionalidades y etnias. Oromo y amhara son las etnias mayoritarias y representan un 35,8% y un 24% de la población, respectivamente. El pueblo etíope es muy religioso, actualmente el 43,8% son ortodoxos, el islam ha crecido en los últimos años representando ahora el 31,3%, seguidos por protestantes (22,8%), católicos (0,7%) y otras religiones tradicionales (0,6%).
En la senda del desarrollo
Etiopía ha hecho grandes avances para el desarrollo de sus habitantes, a pesar de ello7,3 millones de los niños y niñas no asisten a la escuela. Han logrado que el 68% de los y las menores acaben la educación primaria, pero sigue siendo un reto aumentar la cifra de matriculación en el ciclo de educación secundaria, actualmente en el 34%.
Tan solo el 8,17% de la población puede lavarse las manos en su casa de forma fácil y rutinaria. El 7% de la población cuenta con acceso a instalaciones sanitarias mejoradas[i]y el 17% de las personas practican la defecación al aire libre, un problema de salud pública que genera enfermedades que podrían evitarse fácilmente.
E l36,8% de menores de cinco años sufre desnutrición y la mitad de las muertes infantiles se pueden asociar a la desnutrición.
A pesar de que la mutilación genital está prohibida en el país, el 65% de las niñas y mujeres son víctimas de las prácticas tradicionales.
Fuera de los focos
Queremos poner el foco en dos temas que pasan desapercibidos en nuestros medios de comunicación.
El Renacimiento, la gran presa etíope. Un gran proyecto de ingeniería que pondrá en marcha la que esperan sea la mayor presa de agua de África. Uno de los nacimientos del río Nilo, el Nilo Azul, ve la luz en Etiopía y aporta el 87% del caudal.
Con la construcción de la presa el país quiere usar las aguas del río para generar electricidad, abasteciendo a toda la población que aún no cuenta con luz en sus casas -un 49%- y al mismo tiempo convertirse en el mayor productor y exportador de energía eléctrica de África. Etiopía ve en el proyecto como una oportunidad de desarrollo para su maltrecha economía y Egipto y Sudán, que articulan su vida a lo largo del Nilo, perciben el proyecto como una amenaza. La construcción de la presa se ha convertido en el centro de tensiones diplomáticas entre los tres países, que deberán llegar a un acuerdo sobre las normas de funcionamiento y llenado de la presa.
Las heridas de la guerra. A principios del pasado noviembre el gobierno federal de Etiopía y el Frente de Liberación del Pueblo de Tigray (TPLF), que gobernó el país hasta 2018, firmaron el cese de hostilidades después de dos años de guerra.
El férreo control de los medios de comunicación, las líneas telefónicas y el internet en la zona, junto al desinterés informativo de la comunidad internacional, hace que éste sea uno de los conflictos olvidados en África. Poco a poco se van sabiendo las consecuencias de la guerra: más de 2 millones de personas desplazadas y entre 600.000 y 800.000 civiles muertos en dos años.
Sendera en Etiopía
Desde 2013, trabajamos en la zona de Meki, a 130 km al sur de Adís Abeba, la capital. La población de esta zona es mayoritariamente oromo, viven de la agricultura de subsistencia, la cría de animales y la venta de excedentes.
La mayoría de nuestros proyectos allí se articulan alrededor del Centro Kidist Mariam, un espacio donde las mujeres jóvenes se forman en diversos ámbitos con el fin de insertarse en el mercado laboral y ganar autonomía.
Las mujeres en Etiopía son motor de cambio y, aunque la mayoría no ha podido estudiar, están ansiosas por aprender y mejorar su vida y la de sus familias. Su capacitación y el empoderamiento les permite empezar a cuestionar los roles tradicionales e iniciar cambios en su entorno para que sus hijos e hijas tengan un futuro más esperanzador.
En Meki, también trabajamos para mejorar el acceso a la educación desde la infancia, mejorando las infraestructuras escolares y contribuyendo ala educación en salud e igualdad dentro de las aulas.
Etiopía avanza lentamente, pero a pasos firmes. La resiliencia de sus habitantes es fundamental para seguir avanzando, a pesar de las adversidades, para ello hay que seguir apostando por poner en marcha proyectos que desarrollen y mejoren las capacidades de las mujeres y de la infancia porque, como dice el proverbio africano: “Si instruimos a un niño, preparamos a un hombre. Si instruimos a una mujer, preparamos a toda una aldea”. Si tú también quieres que este proverbio siga siendo realidad no dudes en colaborar con Sendera.
[i]Una instalación sanitaria mejorada es aquella que separa de manera higiénica las heces de las personas del contacto humano.
